EDITORIAL
Las ciudades medias están de moda. Bien sea porque hay un sentir generalizado en contra de la forma de vida en las grandes ciudades, bien porque aquéllas han resistido mejor que éstas la reciente crisis económica. A profundizar en esta actualidad de las ciudades medias se dedica el presente número de la revista.
Al hablar de ciudades medias, la primera cuestión que se plantea es la de su tamañ'o. En los países más desarrollados de la Comunidad Europea consideran que aquéllas comprenden cifras de población entre 50.000 y 200.000 habitantes, en tanto que en España -artículo de Alfonso Esteban- dichos límites se sitúan entre 20.000 y 100.000 habitantes. En cualquier caso, estas cifras deben considerarse como umbrales aproximados, porque lo que caracteriza a una ciudad media no es tanto el tamaño de su población sino su escala, su centralidad -es decir, su capacidad de generación de innovación y progreso-, y el tipo de vida que se desarrolla en función de éstas. Naturalmente que esa escala deberá encontrarse siempre en el entorno de los valores señalados, pues si no las ciudades medias dejarían de serlo y se convertirían en ciudades grandes o en pequeños pueblos.
Si las grandes ciudades son consideradas hoy, en buena medida, como inhumanas, en el otro extremo de la escala, la pequeña ciudad, aunque todavía ofrece calidades de vida interesantes, no presenta suficientes posibilidades de trabajo ni servicios capaces de retener a la población. Parece, por ello, que la consecución de una buena distribución de ésta, a lo largo y ancho del territorio, con una adecuada calidad de vida urbana, ha de basarse en la tipología de las ciudades medias, siempre que se evite el que éstas se vean contagiadas por el virus de las grandes ciudades.
Resulta interesante, desde un punto de vista comparativo, el análisis que realizan Alfonso Esteban y Julio Vinuesa en sus artículos sobre
El papel de las ciudades medias en Espafla. Presente y futuro y La población de las ciudades medias espaflolas. Es evidente que la ordenación territorial de Españ'a, en el momento actual, se encuentra muy lejos de estar basada en un equilibrado reparto de ciudades medias por nuestra geografía. Notablemente significativo, al respecto, es el mapa de municipios españoles con presencia de ciudades medias, incluido en el primero de aquéllos, que demuestra gráficamente el mencionado desequilibrio actual.
Ni siquiera en Cataluña, donde este tipo de ciudad tiene mayor arraigo y tradición cultural, existe un verdadero sistema territorial basado en aquél, como se pone de relieve en el análisis de Ramón Roger i Casamada sobre las circunstancias históricas en que se han desarrollado las ciudades medias catalanas. Por todo ello, se tiene la intención de volver sobre este tema en el próximo núm. 8 de la revista. en el que la sección monográfica se dedicará al futuro del planeamiento regional.
En octubre de 1989 se celebró en la ciudad holandesa de Den Bosch un seminario internacional sobre Desafíos para las ciudades medias. El momento actual de las mismas, al menos en lo que concierne a Europa, se definió en aquél por las siguientes circunstancias, de las que se hace eco el artículo de Luis Rodríguez-Avial:
- Atraviesan por un momento excitante y de gran desafío de cara a su futuro.
- Su evolución más reciente, en residencia y empleo, se ha producido desde sus propios recursos.
- En comparación con las grandes ciudades, se encuentran en posición favorable, a corto y medio plazo, simplemente en razón de su propia escala.
- No obstante, también se enfrentan con problemas en materia de desarrollo económico, empleo, tráfico y finanzas.
A partir de las mismas, en el desarrollo del seminario se obtuvieron una serie de conclusiones, entre las que cabe destacar el hecho de que la expansión está dando paso a la reestructuración urbana. y, en consecuencia, al no perseguirse ya un mayor crecimiento, el acento ha de recaer sobre la calidad. Es por ello que las ciudades medias están demandando hacia el futuro un "desarrollo cualitativo".
En relación con este objetivo, cabe preguntarse por la clase de planeamiento más adecuada al mismo, así como el tipo de instrumentación y gestión consecuente.
El "desarrollo cualitativo" se entiende caracterizado por la recuperación de un urbanismo en el que pudieran tener lugar todas las funciones urbanas, convenientemente mezcladas, lo que permitiría una evolución armónica de las ciudades medias. Para ello se deberían reforzar las acciones dirigidas a promover la renovación de la mayor parte de este tipo de ciudades. Esta política, cuyo eje inicial ha sido básicamente una renovación del hábitat, se ha de centrar, en el futuro, sobre todo cuanto pueda participar en la rehabilitación del tejido urbano y de su estructura. Se trata, en definitiva, de reestructurar, sanear y rehabilitar los distintos barrios, de forma tal que se promueva su función social y económica en el respeto a sus características arquitectónicas y culturales propias.
¿El planeamiento que se viene desarrollando en España, responde a estas características? Para mejor ayudar a la búsqueda de la respuesta a este interrogante, la sección de Crónica de Planes incluye algunos de los trabajos más recientes sobre ciudades medias españolas -Pontevedra, Lejona, Torrent y Marbella-.
La concepción urbanística de la mayoría de los planes generales y normas subsidiarias, redactados en la presente década, permite sostener que aquélla se encuentra en el buen camino, pues los criterios adoptados favorecen claramente, a nuestro juicio, un "desarrollo cualitativo". Como afirman Solá Morales y Parcerisa en el núm. 4 de Estudios Territoriales, "hay, en la experiencia española de los últimos diez años, elementos de tendencia hacia un urbanismo más urbano... Los nuevos planes generales, con sus limitaciones y defectos, han abierto brechas en el burocratismo anterior y han planteado nuevas fronteras al diseño urbano ... Quizá sea en las ciudades menores donde esta virtualidad haya sido mayor y más aprovechada".
Entre las conclusiones obtenidas en Den Bosch, se otorgó la mayor importancia a la necesidad de apoyar la consecución del "desarrollo cualitativo" en la colaboración, cada vez más estrecha, entre los sectores público y privado. El seminario consideró al
Public-Private-Partnership (PPP) -asociación o consorcio entre entes públicos y privados- como el instrumento de gestión y ejecución con más futuro de cara al principal objetivo señalado para las ciudades medias.
En España, las especiales circunstancias políticas de los últimos cincuenta años han impuesto, a lo largo del período denominado de "la transición", un aparente sentimiento social contrario a la empresa privada, del que han participado en buena medida las distintas administraciones públicas. A lo largo de la presente década el empresario español ha tenido que empezar por "hacerse perdonar" el serlo. Hoy, en 1989, parece que la situación descrita está ya prácticamente superada.
Así pues, no existe tradición de colaboración entre los sectores público y privado en la intervención sobre nuestras ciudades. Las iniciativas que hoy empiezan a manifestarse en este sentido no pasan de ser primeros pasos en los que se presentan importantes retrocesos, como el habido recientemente en Madrid al declarar desierto el concurso sobre el Campo de las Naciones.
Ahora bien, si este tipo de fórmulas se está utilizando con éxito en las ciudades medias de los países más adelantados de nuestro entorno geográfico, ¿por qué no ha de ser posible también en España cuando ya nos hemos incorporado con plenitud a la Comunidad Económica Europea?
URBANISMO/COAM apuesta claramente por instrumentos de colaboración entre los sectores público y privado. Pensamos que nuestras ciudades medias y el urbanismo como ciencia, saldrán, en definitiva, beneficiados.
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